El ejército surcoreano ha denunciado que Corea del Norte ha estado interfiriendo con las señales de GPS durante dos días consecutivos, afectando a un número indeterminado de vuelos y operaciones de barcos. Las operaciones, detectadas desde las ciudades de Kaesong y Haeju, en la zona fronteriza occidental, han causado interrupciones en el funcionamiento de decenas de aviones civiles y varios barcos.
Aunque el ejército surcoreano ha emitido una advertencia a las aeronaves y barcos en la zona, no ha detallado cómo se están manipulando las señales GPS ni la magnitud de las interrupciones. Lo que sí ha dejado claro es su condena a las acciones de Corea del Norte, instándolos a detener "las provocaciones de interferencia de GPS" y advirtiendo que se les responsabilizará de cualquier consecuencia.
La situación se presenta preocupante, ya que el uso de la tecnología por parte de Corea del Norte no se limita al GPS. Kim Jong Un ha estado utilizando la guerra electrónica y psicológica como una forma de ejercer presión sobre su vecino del sur, y la proliferación de globos con propaganda anti-surcoreana es un claro ejemplo de ello.