Las calles de Manhattan empiezan a brillar con la llegada del invierno, y no solo por el frío que se empieza a sentir en el ambiente. Cada año, la ciudad de Nueva York se transforma en un escenario mágico con la llegada de la época navideña. El corazón de esta transformación se encuentra en el Rockefeller Center, donde un árbol imponente se convierte en el protagonista de la temporada.
Este año, el árbol llegó desde West Stockbridge, Massachusetts, un viaje de 225 kilómetros que lo llevó hasta el centro de Manhattan. Se trata de una pícea de Noruega, una especie conífera que adorna la ciudad con su majestuosidad desde hace décadas. Su llegada, precedida por una despedida emotiva en su lugar original, marcó el inicio oficial de la temporada navideña.
El árbol, que pesa 11 toneladas y mide 22.5 metros, fue cortado el jueves por la mañana y transportado en un camión especial. Una vez en la ciudad, fue izado en su lugar habitual por una grúa, ante la mirada expectante de los neoyorquinos y visitantes. Este ejemplar, plantado hace 67 años en honor a las sobrinas del propietario, es el primer árbol de Navidad del Rockefeller Center que proviene de Massachusetts desde 1959.
Su presencia en el centro de Manhattan estará marcada por la magia de las fiestas. El árbol estará adornado con ocho kilómetros de cables luminosos, que albergan más de 50,000 bombillas LED multicolores. La cúspide de esta obra de arte navideño estará coronada por una brillante estrella, formada por tres millones de cristales Swarovski.
La ceremonia oficial de alumbrado del árbol se llevará a cabo el próximo 4 de diciembre.
El árbol permanecerá en el Rockefeller Center hasta mediados de enero, cuando será tratado para convertirlo en madera y ser donado a la organización sin ánimo de lucro Habitat for Humanity. Esta organización utiliza la madera para construir hogares para personas en situación de necesidad y víctimas de desastres naturales.