El campo argentino se extendió ante Martina, una niña de tan solo tres años, quien, con una inocencia propia de su edad, se adentró en el monte buscando flores. Sin darse cuenta, se separó de sus compañeros de juegos, dejando a su madre, Estefanía, en un estado de angustia que solo la espera angustiosa podía describir.
La noticia de la desaparición de Martina se propagó como un incendio en la pequeña localidad de Telén. Vecinos, policías, bomberos, personal de salud, todos se unieron en la búsqueda de la pequeña. Las horas se convirtieron en un torbellino de emociones, mientras el sol empezaba a descender en el horizonte y las esperanzas se escurrían como el agua entre las manos.
Pero la esperanza no se apagó por completo. En un momento crucial, la tecnología se convirtió en un aliado inesperado. Facundo Chamorro, un agente de la Policía de La Pampa, piloteó un dron que sobrevolaba la zona, la esperanza de encontrar a la niña perdida se mantuvo viva, a pesar del cansancio y la creciente preocupación.
La imagen de Martina, caminando sola y desorientada en medio del monte, fue captada por el dron, una imagen que llenó de alivio y alegría a quienes participaban en la búsqueda. Tras cinco horas de angustia, Martina fue hallada sana y salva, a tres kilómetros de distancia del lugar donde se había extraviado.
La madre de Martina, Estefanía, relató con emoción la experiencia, agradeciendo a todos los que participaron en la búsqueda y especialmente a Facundo Chamorro, el agente que devolvió la sonrisa a su familia. Un final feliz para una historia que pudo haber terminado de manera trágica.