La niña yacía sin vida, con heridas de arma blanca, mientras su madre, Chloe Alexis Driver, también se encontraba gravemente herida.
La investigación reveló un lado oscuro de la familia Driver, que se extendió más allá del dolor de una tragedia. La madre, Chloe, de 20 años, fue acusada de varios delitos, incluyendo asesinato con premeditación y crueldad hacia menores.
El caso, que llegó a los tribunales casi cuatro años después, se ha convertido en un juicio mediático por las impactantes revelaciones que se han ido destapando. Las autoridades señalan que Chloe Driver estaba inmersa en un "culto polígamo", y que el asesinato de su propia hija fue motivado por un deseo de estar con su "esposo polígamo".
Según la fiscalía, Chloe Driver era parte de un grupo con "prácticas curativas alternativas", las cuales incluían "beber su propia orina". La propia Chloe, en una carta que se leyó durante el juicio, admitió haber matado a su hija, pero alegó que se encontraba en una "crisis mental" y que no quería formar parte del grupo.
El juicio sigue en curso, pero las revelaciones sobre las pruebas forenses han impactado a la opinión pública. El médico que atendió a Hannah en la sala de emergencias describió la escena como desgarradora, afirmando que la niña llegó "vacía de sangre".
Chloe Driver se declara inocente por razones de demencia. El desenlace del juicio dependerá de las pruebas presentadas y de la capacidad del jurado para determinar la culpabilidad de la madre en la muerte de su pequeña hija.