Las lluvias torrenciales, producto de una nueva depresión aislada en niveles altos, mejor conocida como gota fría, habían azotado la región con una ferocidad inclemente, dejando a su paso un rastro de destrucción y preocupación.
El epicentro de este nuevo embate climático se ubicó en la ciudad de Málaga, donde más de 3,000 personas fueron evacuadas de sus hogares, principalmente en zonas cercanas a los ríos. Las autoridades ordenaron el desalojo de mil viviendas ante el riesgo de inundaciones, y las calles se convirtieron en torrentes de agua, paralizando el transporte público y el servicio ferroviario con Madrid.
"Hoy Málaga está paralizada", comentó a los medios Juan Manuel Moreno, el presidente regional de Andalucía. "Sé que para los ciudadanos es un problema el no poder llevar a los niños a clase" o ir a trabajar, pero tras lo visto en Valencia hay que "prevenir" y "minimizar el impacto en términos de pérdida de vidas humanas", agregó.
La alerta roja, el nivel máximo de riesgo emitido por la agencia meteorológica nacional, se decretó tanto en Málaga como en la provincia de Tarragona, en el noreste de España. La Copa Billie Jean King de tenis femenino, que debía enfrentarse en Málaga, se pospuso hasta el viernes, debido a las adversas condiciones climáticas.