El asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, ha confirmado que la administración Biden ha instruido a su equipo para que se aseguren de que cada dólar autorizado por el Congreso para Ucrania sea destinado a la asistencia del país antes del 20 de enero.
Este plan, que incluye un paquete de asistencia militar de 9.000 millones de dólares, tiene como objetivo fortalecer la posición de Ucrania en las negociaciones con Rusia, en caso de que se busque una resolución al conflicto.
Sin embargo, la guerra en Ucrania no se limita al campo de batalla. La OTAN ha expresado su preocupación por el impacto global de la guerra, especialmente después de la confirmación de la participación de tropas norcoreanas en combates junto a las fuerzas rusas.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha declarado que la intervención de Corea del Norte representa una "amenaza adicional" para Ucrania, Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. Esta alerta se debe a que Rusia estaría transfiriendo tecnología y misiles a Pyongyang, en agradecimiento por su apoyo militar.
Rutte ha enfatizado la interconexión entre las regiones euroatlántica e indo-pacífica, advirtiendo que la agresión de Rusia en Ucrania tiene "efectos globales".
El secretario general ha llamado a los 32 países miembros de la OTAN a "mantener el rumbo" y continuar apoyando a Ucrania a largo plazo. Rutte ha destacado la importancia del apoyo de Washington para evitar una victoria rusa hasta el momento, pero ha enfatizado que "hay que hacer más" para garantizar que Ucrania pueda repeler la agresión rusa.
Las declaraciones de Rutte llegan en un momento crítico, ya que las fuerzas rusas siguen avanzando en la región del Donbás, y el apoyo militar de Estados Unidos podría verse comprometido con el regreso de Trump a la presidencia.