La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, ha dado un giro inesperado en su propuesta de tarifas de congestión para Manhattan. Después de frenar el plan en junio, argumentando que el costo era demasiado alto para los neoyorquinos trabajadores, Hochul ha presentado un plan revisado con un precio más accesible.
La nueva propuesta establece un peaje base de $9 para ingresar a la zona de congestión durante las horas pico, una reducción significativa del precio original de $15. La decisión llega tras meses de presión por parte de grupos de defensa del transporte público, quienes abogaban por la financiación del sistema de transporte público a través de las tarifas de congestión. Se esperaba que el plan original generara $15.000 millones en ingresos para mejoras del transporte público.
Sin embargo, la pausa del plan en junio creó un importante déficit presupuestario para la MTA, obligando a la agencia a aplazar mejoras de accesibilidad, la compra de cientos de autobuses eléctricos y otros proyectos.
La decisión de Hochul ha sido recibida con diversas reacciones. Mientras que los grupos de defensa del transporte público han expresado su satisfacción, el presidente del distrito de Staten Island, Vito Fossella, ha acusado a Hochul de jugar a la política para proteger a los demócratas durante un gran año electoral. "Ahora parece claramente evidente que el plan desde el principio fue simplemente superar el día de las elecciones", declaró Fossella.
Por su parte, el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, se ha pronunciado en contra de la propuesta, afirmando en X que "se opone firmemente a cualquier intento de imponer una propuesta de tarifación por congestión".
La nueva propuesta de Hochul aún necesita ser aprobada por la legislatura estatal, lo que podría generar más controversia. La batalla política por las tarifas de congestión parece lejos de terminar.