En el tranquilo noroeste de Wisconsin, un fenómeno alarmante ha comenzado a afectar a los residentes, quienes se encuentran atrapados en una red de engaños que ha llevado a la pérdida de ahorros significativos. Una mujer, que prefiere permanecer en el anonimato, comparte su desgarradora experiencia mientras revisa los recibos de sus inversiones en lingotes de oro, que suman más de 433,000 dólares. Este caso no es aislado; en todo el estado, se han reportado 49 denuncias al FBI, con pérdidas acumuladas que superan los 13 millones de dólares.
La estafa comienza con una llamada telefónica que advierte a las víctimas sobre un supuesto hackeo a sus cuentas bancarias. Para proteger su dinero, se les insta a invertir en oro, prometiendo que este será resguardado por la Reserva Federal. Sin embargo, una vez que los lingotes son entregados a un mensajero, desaparecen sin dejar rastro. La mujer de Prescott, Wisconsin, fue contactada inicialmente a través de un correo electrónico que aparentaba ser de Apple, lo que la llevó a creer en la legitimidad de la situación.
Durante la conversación, la persona que se hizo pasar por un funcionario de la Comisión Federal de Comercio la convenció de que su identidad había sido robada. A medida que la mujer se adentraba en la estafa, se le instruyó a mentir a los empleados del banco, alegando que estaba ayudando a un familiar. El mensajero, identificado como Gourav Patel, fue arrestado en una operación encubierta, vinculado directamente a su caso tras ser encontrado con cajas que contenían los lingotes de oro que le habían sido robados.
La investigación, liderada por el teniente de policía Kristopher Stewart, reveló que Patel había estado viajando por varios estados, incluyendo Minnesota e Illinois, en un esfuerzo por ejecutar la estafa. La mujer finalmente decidió denunciar el fraude después de recibir una llamada de advertencia de un desconocido que la alertó sobre la situación. En otro caso, un mensajero llamado Junjie Liang fue arrestado en Waukesha, acusado de robar más de 700,000 dólares de otra víctima.
El agente especial del FBI, Michael Hensle, destacó que estos fraudes suelen dirigirse a personas mayores, quienes son más vulnerables debido a sus ahorros. “Los estafadores se aprovechan del miedo de las personas”, afirmó Hensle, subrayando la necesidad de estar alerta ante tales situaciones. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, la recuperación de los fondos robados es poco probable, dejando a las víctimas con un profundo sentido de desconfianza y ansiedad.
Para protegerse de este tipo de fraudes, el FBI aconseja no responder a solicitudes de compra de metales preciosos por parte de desconocidos y verificar cualquier comunicación sospechosa directamente con la institución financiera. “Si cree que su banco se ha puesto en contacto con usted, cuelgue y llame de nuevo al número oficial”, recomendó Hensle, enfatizando la importancia de la precaución en un mundo donde el engaño puede estar a solo una llamada de distancia.