Durante conferencias y eventos dirigidos a inversionistas, ejecutivos de empresas como Walmart han expresado su preocupación. “Nos preocupa que el aumento significativo de las tarifas pueda provocar un aumento de los costos para nuestros clientes en un momento en que todavía sienten los restos de la inflación”, comentó un portavoz de la compañía. Este tipo de declaraciones subraya la tensión que se vive en el sector minorista ante la posibilidad de que los aranceles se conviertan en una realidad.
Donald Trump ha sugerido aranceles del 60 % a las importaciones provenientes de China, el mayor exportador mundial, así como tarifas universales que podrían superar el 10 %. Estas medidas, según el presidente electo, son necesarias para abordar el déficit comercial de Estados Unidos. Sin embargo, los efectos de tales políticas podrían ser profundos, afectando no solo a los precios de la ropa y los juguetes, sino también a electrodomésticos y otros productos esenciales.
Un análisis de Oxford Economics estima que un arancel del 60 % podría incrementar la inflación en Estados Unidos en 0.7 puntos porcentuales, mientras que tarifas más generales podrían elevarla en 0.3 puntos. Aunque se anticipa que los aranceles se implementen de manera gradual, algunos analistas advierten sobre el riesgo de un impacto inmediato y severo en la economía.
Los sectores más vulnerables a estos cambios incluyen productos electrónicos, equipos de transporte y artículos de consumo masivo. La Federación Nacional de Minoristas ha señalado que los aranceles podrían elevar los precios de una amplia gama de productos, desde muebles hasta calzado, especialmente aquellos que dependen en gran medida de la producción china.
En este panorama, las empresas están buscando diversificar sus cadenas de suministro para mitigar el impacto de los aranceles. “Aproximadamente el 40 % de nuestro costo de los bienes vendidos se obtienen fuera de los EE. UU.”, indicó Brandon Sink, director financiero de Lowe’s, enfatizando la necesidad de adaptarse a un entorno comercial en constante cambio.
Con la economía estadounidense en un punto de inflexión, la atención se centra en cómo estas políticas comerciales afectarán tanto a los consumidores como a las empresas en el futuro cercano.