La imagen, aparentemente idílica, contrasta con los titulares que han dominado la prensa internacional en las últimas semanas.
La pareja en cuestión es Conor McGregor y su prometida, Dee Devlin. Sus sonrisas, capturadas en las instantáneas de Instagram, ocultan un trasfondo complejo. A finales de noviembre, McGregor perdió un caso civil por agresión sexual en el Tribunal Superior de Dublín. El juez lo declaró responsable de la violación de Nikita Hand, de 35 años, un incidente ocurrido en un hotel de Dublín en diciembre de 2018. La sentencia incluyó una indemnización de 250.000 euros para Hand.
A pesar de la condena, Devlin, quien ha apoyado a McGregor durante todo el proceso legal, compartió las fotos en Instagram, mostrando una aparente normalidad en medio de la controversia. La publicación generó un aluvión de comentarios, muchos de ellos cuestionando la actitud de la pareja frente a la gravedad de la sentencia.
Sin embargo, la controversia no se limitó a la publicación de las fotos. Devlin lanzó una fuerte respuesta en redes sociales, dirigida a Hand. “Mis hijos serán advertidos de que hay mujeres como usted en el mundo,” escribió, acompañando la frase con varias acusaciones hacia Hand, incluyendo el envío de “imágenes lascivas” a McGregor.
La defensa de McGregor se basó en la existencia de grabaciones de CCTV que, según Devlin, arrojarían dudas sobre la versión de los hechos de Hand. “CCTV no miente,” escribió Devlin en Instagram. Además, McGregor anunció su intención de apelar la decisión del Tribunal Superior, expresando su “arrepentimiento” por sus “errores” y añadiendo que el encuentro fue consensuado. El costo total de la demanda, incluyendo los honorarios legales de McGregor y su coacusado, James Lawrence, ascendió a 1,25 millones de libras esterlinas (1,5 millones de euros).
El caso ha generado un gran debate público en Irlanda y más allá, poniendo en evidencia las complejidades de los casos de agresión sexual y el impacto que tienen en las vidas de todas las personas involucradas. Las acusaciones previas de agresión sexual contra McGregor, todas desestimadas por la policía, también han vuelto a la luz pública, añadiendo otra capa de complejidad a una historia que continúa desarrollándose.
La decisión del jurado, el apoyo incondicional de Devlin, y la subsecuente respuesta de McGregor en redes sociales, han transformado un caso legal en un intenso debate público sobre la justicia, la culpabilidad, y la imagen pública en la era de las redes sociales. Detalles como la venta de la marca de whisky Proper 12 de McGregor por 500 millones de libras, y la inversión en su pub The Blackforge Inn, añaden capas a la narrativa de uno de los atletas más controvertidos del mundo.