En medio de este panorama, la renuncia sorpresiva de Chrystia Freeland como Ministra de Finanzas de Canadá ha generado un terremoto político. Su dimisión, comunicada mediante una carta donde se aluden a "discrepancias políticas" con el Primer Ministro, ha dejado a muchos especulando sobre las causas reales de su salida.
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, no ha perdido la oportunidad de comentar al respecto. En un mensaje publicado en su plataforma Truth Social, Trump calificó a Freeland como “tóxica” y, una vez más, se refirió a Justin Trudeau como "gobernador", mostrando su evidente falta de respeto hacia el Primer Ministro Canadiense.
Trump acompañó sus declaraciones con una crítica a la gestión de Freeland, alegando que su comportamiento fue perjudicial para los intereses de los ciudadanos canadienses. La declaración, llena de exclamaciones, refleja la retórica característica del político estadounidense. “¡¡¡No la extrañaremos!!!”, escribió.
Esta crisis interna en Canadá se presenta en un contexto de alta tensión con Estados Unidos. Trump ha amenazado con imponer aranceles del 25% a los productos canadienses (y mexicanos) si no se toman medidas drásticas para reducir el flujo de migrantes y fentanilo hacia su país. Curiosamente, el expresidente ha llegado a bromear con la idea de anexionar a Canadá como un nuevo estado de la Unión Americana, una propuesta que seguramente añadirá más leña al fuego.
Los detalles alrededor de la renuncia de Freeland siguen siendo objeto de especulación, y el futuro de las relaciones entre Canadá y Estados Unidos permanece incierto ante estas declaraciones y amenazas. La situación mantiene en vilo a observadores internacionales y a los propios ciudadanos de ambos países.