El centro de la escena fue la pareja, James Ray Saucier y Tanya Saucier, quienes se encontraban finalizando su proceso de divorcio. Según el abogado de James, Don Rafferty, “estaba haciendo algunos trámites cuando las cosas empezaron a salir mal”. La tranquilidad se quebró en un instante, transformándose en un escenario de violencia inimaginable.
Los detalles del tiroteo, que ocurrió aproximadamente a las 12:15 p.m., son escalofriantes. Inmediatamente después de firmar los papeles del divorcio, Tanya Saucier desenfundó un arma y disparó contra su esposo, causándole la muerte en la entrada del tribunal. El abogado de James describió la escena como caótica, con varias personas intentando socorrerlo.
El relato del abogado de Tanya, Jansen Owen, agrega otra capa de complejidad a la situación. “Básicamente, salí del juzgado y ella abrió fuego. Al final logré dominarla... Le di una patada al arma,” declaró, describiendo su intervención para detener a Tanya y brindar primeros auxilios a James, gracias a su entrenamiento militar.
La historia, sin embargo, no comienza ese martes. Meses antes, en agosto, James Saucier había sido acusado de agresión agravada y violencia doméstica contra Tanya, quien perdió un ojo en el incidente. Rafferty defendió a su cliente argumentando defensa propia, una afirmación que cobra una nueva dimensión a la luz de los sucesos posteriores. “Mi cliente dijo que se estaba defendiendo… Y ya vieron lo que pasó hoy,” afirmó.
La familia de James, a través de las declaraciones de Johanna Peterson, expresa su conmoción y frustración. “En el fondo, estábamos preocupados…Cuando ocurrió el primer caso de violencia doméstica, se suponía que ella también sería arrestada, pero por alguna razón… eso nunca sucedió,” lamentó, describiendo la situación como confusa y trágica. Señala que James era abuelo de siete nietos, un detalle que enfatiza el impacto de su pérdida.
Tras el tiroteo, Tanya Saucier fue arrestada y se encuentra recluida en el Centro de Justicia Penal Lenoir Rowell en Poplarville, acusada de asesinato. El caso, marcado por una historia de violencia doméstica previa, deja un vacío irreparable y plantea interrogantes sobre la respuesta a este tipo de situaciones.