El centro de esta inusual situación es Luigi Mangione, un joven de 26 años acusado del asesinato a tiros de Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, el pasado 4 de diciembre. La noticia, que inicialmente conmocionó al país, ahora da un giro inesperado.
A través de la plataforma GiveSendGo, una campaña de recaudación de fondos ha logrado reunir la impresionante cifra de 189,000 dólares para su defensa legal. La meta, ambiciosamente fijada en 500,000 dólares, refleja el considerable apoyo que Mangione ha recibido de un sector de la población.
En la página de GiveSendGo, los donantes no solo contribuyen económicamente, sino que también comparten información y opiniones sobre el caso. Una publicación reciente destaca la imputación de Mangione por asesinato en primer grado en el estado de Nueva York, incluso considerando la posibilidad de que el acto sea calificado como “acto terrorista”. Sin embargo, algunos donantes argumentan lo contrario: “El terrorismo es un acto destinado a infundir miedo en la población en general, mientras que las supuestas acciones de Luigi solo infundieron miedo a un pequeño grupo de CEOs ultra-ricos de corporaciones que se benefician de la enfermedad y la muerte”.
El Comité Jurídico del 4 de diciembre, nombre que adoptó el grupo detrás de la campaña, asegura haber contactado a los abogados de Mangione, Karen y Marc Agnifilo, para confirmar si el acusado ha aceptado el dinero. De ser rechazado, los fondos serían destinados a “otros presos políticos”, según indican.
El apoyo a Mangione trasciende lo virtual. Fuera de una corte estatal de Manhattan, donde se declaró no culpable de los cargos estatales, aproximadamente cincuenta personas se congregaron para expresar su solidaridad con pancartas de apoyo. Este respaldo público recuerda casos similares, como el de Daniel Penny, exmarine absuelto recientemente de homicidio, quien también recibió una considerable suma de dinero para su defensa.
Más allá de los cargos estatales, Mangione enfrenta también acusaciones federales por terrorismo, asesinato, acoso y delito con armas de fuego, además de otra causa abierta en Pensilvania. La complejidad del caso y el apoyo financiero excepcional que ha recibido hacen de esta una historia que seguirá generando debate.