Esta Navidad, una historia desde Honduras nos recuerda la importancia de esos lazos familiares, de la fragilidad de la vida y la inmensa fuerza del amor. En un asilo de ancianos del Hospital San Felipe de Tegucigalpa, un hombre llamado Víctor Domínguez, originario de Choluteca, ha conmovido a miles con su sencillo deseo navideño. Este señor, que en el pasado trabajó como locutor de radio, se encuentra en una situación que le ha alejado de sus seres queridos.
Víctor, en una emotiva entrevista concedida al canal de televisión hondureño HCH el pasado 6 de diciembre, reveló su anhelo más profundo: "Quiero que mis hijos vengan, quisiera estar nuevamente con ellos". Con lágrimas en los ojos, explicó que lleva meses en el asilo, desde abril, y que el vacío de la ausencia de sus hijos es una carga pesada. "Yo nunca fui mal padre para ellos", afirmó con voz quebrada, dejando entrever un profundo dolor.
El señor Domínguez, con una valentía admirable, aprovechó la oportunidad para hacer un llamado a sus seis hijos, quienes residen en el barrio La Libertad, Choluteca. Desconoce las circunstancias que lo llevaron al asilo, pero la urgencia de un reencuentro familiar se hace palpable en sus palabras. Su deseo es simple, puro: un abrazo navideño, la cercanía de aquellos que llenaron su vida en el pasado y a quienes aún anhela tener a su lado.
Su historia, difundida en redes sociales, ha generado una ola de empatía. Usuarios de todo el mundo se han unido en un coro virtual, implorando a los hijos de Víctor que respondan a este clamor del corazón. La petición de Navidad de este abuelito hondureño nos recuerda el valor incalculable de la familia y el poder sanador del amor en las fechas más especiales del año.
Detalles como su pasado como locutor de radio, su desconocimiento sobre cómo llegó al asilo, y la mención de una enfermedad no especificada, nos pintan un cuadro más completo de una situación conmovedora que trasciende fronteras.