Para muchos, desmontar el árbol de Navidad es una tarea ardua, pero siguiendo algunos consejos, se convierte en un proceso sencillo y eficiente. Empecemos por lo más delicado: los adornos. "Se recomienda utilizar una caja o bolsa lo suficientemente grande," explica la experta en decoración, Andrea Ochoa. Si tienes esferas de cristal, envuélvelas con papel de seda o utiliza cacahuetes de embalaje para protegerlas de roturas. ¡Recuerda revisar cada adorno antes de guardarlo para descartar cualquier daño!
Luego de los adornos, llega el turno de las luces. Desenrollarlas con paciencia es clave. Antes de guardarlas, es fundamental revisar cada serie de luces para detectar y reemplazar las bombillas quemadas. Esto evita sorpresas desagradables el año siguiente.
Ahora, el árbol en sí. Si es artificial, el proceso es más meticuloso. Desconecta cada sección, comenzando por la cima, y colócalas cuidadosamente en el suelo. Organizarlas por tamaños o colores facilita la tarea de armado el próximo año. Envuelve las ramas con plástico o papel para mantenerlas protegidas del polvo. Para el almacenamiento, olvida las cajas de cartón; son frágiles y propensas al moho. Opta por bolsas de lona o PVC resistentes.
En el caso de los árboles naturales, la tarea es distinta. En lugar de guardarlo, lo mejor es llevarlo a un centro de acopio para su reciclaje. De esta manera contribuimos al cuidado del medio ambiente, evitando que se convierta en basura.
Finalmente, guarda la caja o bolsa con tu árbol en un lugar seco, limpio y con temperatura controlada. Almacenarlo de forma horizontal contra una pared asegurará su protección. Con estos sencillos pasos, tu árbol navideño permanecerá en perfecto estado para la próxima temporada navideña.