Resulta que este año, New Hampshire ha registrado 51 casos de tos ferina, también conocida como pertussis. Esta cifra, aunque superior a los años recientes, representa un retorno a las estadísticas pre-pandémicas. Según el Dr. Benjamin Chan, epidemiólogo estatal, el número de casos se mantuvo por debajo de los 10 anuales entre 2020 y 2023, un periodo marcado por las restricciones de la COVID-19 y sus efectos colaterales en otras enfermedades infecciosas.
Antes de la pandemia, New Hampshire registraba un promedio anual cercano a los 70 casos. Entonces, ¿por qué la preocupación? El problema radica en la naturaleza de la enfermedad. La tos ferina, en sus inicios, puede confundirse fácilmente con un resfriado común. Los síntomas iniciales, como nariz congestionada, fiebre leve y tos leve, pueden engañar. Sin embargo, la situación puede empeorar considerablemente.
El Dr. Chan advierte sobre la alta contagiosidad de la pertussis. Explica que: "Esta es un tipo de infección que se puede propagar muy fácilmente y causar brotes en entornos donde las personas se mezclan en contacto cercano, como en guarderías y entornos escolares, por ejemplo". La tos puede intensificarse hasta el punto de provocar dolor en el pecho, incluso fracturas costales en casos graves.
Afortunadamente, existen vacunas efectivas y tratamientos con antibióticos. El consejo del Dr. Chan es claro: cualquier persona que experimente síntomas de resfriado que empeoran con el tiempo, debe consultar a su médico para realizarse las pruebas pertinentes. Es crucial la detección temprana para evitar complicaciones y la propagación del contagio. La prevención, como siempre, es la mejor medicina.
El aumento de casos de tos ferina en New Hampshire nos recuerda la importancia de mantenernos informados y vigilantes ante las enfermedades respiratorias, especialmente en un contexto donde la movilidad y las interacciones sociales vuelven a ser frecuentes.