En medio de este clima de inestabilidad, Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador de Canadá, emerge como una figura clave. Sus políticas, con un enfoque de "Canadá primero", han resonado con una parte significativa de la población, generando una ventaja considerable en las encuestas sobre el primer ministro Justin Trudeau.
La reciente visita de Trudeau a la residencia de Donald Trump en Mar-a-Lago, donde fue tratado con frialdad y llamado "gobernador" en lugar de primer ministro, se ha convertido en un símbolo de la creciente impopularidad del gobierno liberal. Este episodio, junto con la renuncia de la ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, refleja una profunda crisis interna dentro del partido.
“El presidente Trump ayer hizo una amenaza injustificada de aplicar aranceles del 25 por ciento a nuestra economía ya débil y en contracción,” declaró Poilievre tras el incidente de Mar-a-Lago, reforzando su postura de confrontación directa con la administración estadounidense.
La estrategia de Poilievre se basa en una postura firme frente a la política de "Estados Unidos primero" de Trump. Su propuesta, "Canadá primero", incluye la posibilidad de excluir a México del T-MEC, un acuerdo comercial fundamental para la región. Esta posibilidad, aunque arriesgada, se presenta como una herramienta para asegurar los intereses comerciales canadienses en el contexto de la creciente tensión con Estados Unidos.
Su perfil político, considerado por muchos como la versión canadiense de Trump, se caracteriza por un discurso directo y confrontativo. Poilievre se describe a sí mismo como un "conservador de toda la vida, defensor del libre mercado", prometiendo medidas drásticas de reducción del gobierno y desregulación.
Entre sus propuestas más controvertidas destacan su postura sobre el cambio climático, negando la influencia humana, su apoyo a la explotación de combustibles fósiles y su escepticismo hacia las vacunas. Sin embargo, a diferencia de Trump, Poilievre presenta una visión diferente sobre la inmigración, considerándola una ventaja para el país. Su esposa, Anaida, de origen venezolano, es un ejemplo de esta perspectiva.
La ventaja de Poilievre en las encuestas, que ha aumentado hasta 24 puntos en enero, plantea un escenario político incierto en Canadá. La posibilidad de unas elecciones anticipadas, incluso en marzo, añade un elemento de urgencia a la situación. El futuro del liderazgo canadiense, y su relación con Estados Unidos y México, dependen en gran medida del resultado de esta creciente polarización política.
El perfil de Mark Carney, ex gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, como posible reemplazo de Trudeau, representa una alternativa significativamente distinta a la imagen de Poilievre, añadiendo otra capa de complejidad a la situación política actual.