El anuncio del retiro de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo por parte del gobierno saliente de Estados Unidos, bajo la administración de Joe Biden, y la subsecuente mediación del Vaticano, sembró la esperanza. Se habló de la liberación de 553 presos por "delitos diversos", una cifra que resonó con fuerza en los hogares cubanos.
"Recibimos una llamada a la noche para ir hoy a la prisión. Entramos a las 7, y a las 7 y media estaba liberada", contó a la AFP Rosabel Loreto, aliviada por la liberación de su suegra, Donaida Pérez Paseiro, detenida en Villa Clara. Similarmente, la madre y esposa de dos manifestantes detenidos, que prefirió mantener su anonimato, confirmó la liberación de su hija en La Habana tras una llamada "de la seguridad del Estado".
La ONG Justicia11J, con sede en México, también reportó la liberación de otra detenida a través de su cuenta en X. Las autoridades cubanas, sin embargo, mantuvieron un silencio oficial inicial, sin emitir comunicados ni listas oficiales de los liberados. La información fluyó principalmente a través de publicaciones en redes sociales por parte de familiares y amigos de los presos, quienes comenzaron a compartir la noticia al amanecer.
Para el mediodía, según reportes, cerca de una decena de presos, en su mayoría manifestantes del 11-J –las protestas antigubernamentales de julio de 2021–, habían recuperado su libertad. Estas protestas, las más significativas desde la revolución castrista, resultaron en condenas de hasta 25 años de prisión para algunos de los participantes, según cifras oficiales; aunque organizaciones de derechos humanos y la embajada estadounidense estiman un número significativamente mayor de detenidos.
El cambio de política estadounidense, descrito por un alto cargo del gobierno estadounidense bajo la condición de anonimato como un intento de "facilitar la liberación de las personas injustamente detenidas", fue una decisión de último minuto del gobierno Biden antes de la transición. Sin embargo, la incertidumbre persiste ante la posibilidad de que el próximo gobierno, encabezado por Donald Trump, revierta estas medidas. La designación de Marco Rubio, un crítico del gobierno cubano, como futuro secretario de Estado, alimenta aún más esta inquietud.
Mientras tanto, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, si bien reconoció que la decisión de Washington era un paso en "la dirección correcta", señaló que el "bloqueo permanece". Este embargo comercial, impuesto por Estados Unidos por más de seis décadas y endurecido por Trump, ha contribuido a la grave crisis económica de la isla, que ha provocado una migración masiva hacia Estados Unidos en los últimos dos años.
La situación sigue evolucionando, con un futuro aún incierto para Cuba y sus ciudadanos.