Entre la multitud de personalidades, un rostro conocido, pero a la vez diferente, llamó la atención: Barron Trump. Ocho años después de su última aparición en una toma de posesión, el hijo menor del presidente electo, Donald Trump, se encontraba en la rotonda del Capitolio, esta vez como un joven adulto.
Acompañado por su abuela materna, Viktor Knavs, y su madre, Melania Trump, Barron, quien cumplirá 19 años en marzo, observaba la ceremonia con una madurez que contrasta con la imagen del niño de 10 años visto en 2017. Su trayectoria desde entonces ha sido fascinante.
Después de finalizar sus estudios en la exclusiva escuela privada St. Andrew's Episcopal School en Maryland, y posteriormente en una academia privada en Palm Beach, Barron ahora cursa su primer año en la prestigiosa Stern School of Business de la Universidad de Nueva York.
Aunque sus estudios se centran en Manhattan, su madre, Melania, en una reciente entrevista con Ainsley Earhardt de Fox News, confirmó que tendrá un lugar en la Casa Blanca: "Lo que él quiera hacer," declaró Melania. "Siento que como padres, tenemos a nuestros hijos hasta los 18 o 19 años. Los educamos, los guiamos, y luego les damos alas para volar."
Este cambio, de niño protegido del ojo público a joven universitario con una vida en la ciudad que nunca duerme, ilustra una transformación notable. Incluso, Chelsea Clinton, quien también experimentó la vida en la Casa Blanca durante la infancia, ha abogado públicamente por el derecho a la privacidad de Barron, recordando la intensa atención mediática que sufrió durante su niñez.
La presencia de Barron en esta nueva toma de posesión marca un nuevo capítulo, no solo en su vida personal, sino también en la narrativa de la familia Trump. Un capítulo que, sin duda, promete seguir escribiendo su propia historia.