Este documento, fechado el mismo día, detalla una iniciativa que ha generado gran controversia y que promete consecuencias significativas para las relaciones intergubernamentales.
El memorando, cuyo contenido se ha filtrado a la prensa, ordena a los fiscales federales investigar a funcionarios estatales y locales que obstaculizen la aplicación de las leyes federales de inmigración. Se especifica que "las leyes y acciones que amenazan con obstaculizar las iniciativas de inmigración del Poder Ejecutivo... amenazan la seguridad pública y la seguridad nacional."
El alcance de la investigación incluye la aplicación de la Ley de Inmigración y Nacionalidad y la Ley de Enemigos Extranjeros. Se señala que la resistencia a la cooperación con las autoridades federales en materia migratoria será considerada como una obstrucción y se investigará con urgencia. La iniciativa abarca múltiples agencias federales, incluyendo el FBI, la DEA, la ATF y la Oficina de Prisiones.
Esta medida del Departamento de Justicia se enmarca dentro de una estrategia más amplia del gobierno federal para endurecer la política migratoria. Recordemos la orden ejecutiva firmada por el entonces Presidente Trump para negar fondos federales a las jurisdicciones consideradas "santuario" para inmigrantes indocumentados. Una orden que incluía la posibilidad de demandas civiles o penales contra estas localidades.
Ciudades como Nueva York y Los Ángeles, que han adoptado políticas de "ciudad santuario", han expresado abiertamente su negativa a colaborar plenamente con las autoridades federales en materia de inmigración. En Los Ángeles, por ejemplo, la concejala Nithya Raman argumentó que “Los inmigrantes forman parte del tejido social de Los Ángeles y merecen sentirse seguros y protegidos...” Una postura que refleja la complejidad del problema y la diversidad de opiniones al respecto.
La situación se complica aún más con la decisión de la Junta de Supervisores del Condado de San Diego de restringir la comunicación entre fuerzas del orden locales y oficiales federales de inmigración sin una orden judicial. Esta medida pone de manifiesto la creciente polarización en torno a la inmigración y sus implicaciones legales y políticas.
El impacto a largo plazo de esta iniciativa aún es incierto, pero sin duda generará un debate profundo sobre la balanza entre las leyes federales y los derechos de las entidades locales.