El domingo, alrededor de las 2 p.m., un hombre fue encontrado inconsciente en la costa de Gilgo Beach. Un testigo, con valentía y rapidez, lo rescató del mar, le practicó reanimación cardiopulmonar (RCP) y lo trasladó a un hospital cercano. Desafortunadamente, a pesar de los esfuerzos, el hombre fue declarado muerto.
La identidad del fallecido fue revelada horas después: Jack Shapiro, de 54 años, un exsargento del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York. Su historia trasciende la tragedia de su muerte; fue una vida dedicada al servicio y a la pasión por el deporte.
Shapiro dedicó una década de su vida al NYPD, retirándose como sargento en 2013. Sus amigos lo recuerdan no solo por su servicio, sino también por su incansable entusiasmo por el surf. "Era un apasionado del surf, un verdadero guerrero del mar", comentó un amigo cercano a Babylon Daily Voice. Además de su amor por las olas, también era un practicante de Jiu-Jitsu brasileño, demostrando una determinación y disciplina que se reflejaba en todas las facetas de su vida.
La Oficina del Médico Forense del Condado de Suffolk continúa investigando la causa oficial de su muerte. Si bien se presume ahogamiento, se esperan los resultados de la autopsia para esclarecer completamente los hechos. La pérdida de Jack Shapiro conmueve a la comunidad, dejando un vacío irreparable para familiares, amigos y colegas.
Más allá del dolor, la historia de Jack Shapiro nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de vivir cada momento con pasión. Su legado, marcado por el servicio y la búsqueda incansable de emociones, permanece vivo en el recuerdo de aquellos que lo conocieron.