Alemania, a unas semanas de las elecciones federales del 23 de febrero de 2025, se encuentra en medio de una polémica que ha trascendido fronteras. El foco de la atención se centra en la Alternativa para Alemania (AfD), un partido de extrema derecha.
Recientemente, la AfD ha distribuido en el oeste del país, lo que se ha denominado “billetes de deportación”. Estos boletos, impresos en cantidades que se estiman entre 20.000 y 30.000 ejemplares según un diputado del partido, invitarían a los migrantes a regresar a sus países de origen, independientemente de sus circunstancias. Esta acción ha generado una ola de reacciones.
La policía alemana ha abierto una investigación por posible delito de odio. Esta no es la primera vez que la AfD promueve la “reinmigración”, pero la escala de esta campaña es sin precedentes. La acción del partido se presenta como parte de su estrategia electoral, utilizando una forma de protesta visualmente impactante para expresar su postura sobre la inmigración.
Las implicaciones de esta acción son múltiples. Analistas políticos señalan que la estrategia de la AfD podría ser interpretada de diversas maneras, desde una táctica desesperada por captar votos, hasta una provocación calculada para encender el debate y atraer la atención mediática. El impacto a largo plazo en el clima social del país está aún por verse. La investigación policial determinará si existen fundamentos legales para proceder contra los responsables de la distribución de estos polémicos "billetes".