El foco de atención se centró en Nueva Jersey a finales de 2024, con el avistamiento de numerosos drones que rápidamente se volvieron virales en redes sociales. La incertidumbre inicial, alimentada por la falta de información oficial, dio paso a diversas teorías, algunas de ellas bastante alarmantes.
Sin embargo, la Casa Blanca, bajo la administración Trump, ofreció una explicación oficial a través de su secretaria de prensa, Karoline Leavitt. Según Leavitt, en una declaración este martes, "Los drones avistados sobre Nueva Jersey eran en gran número autorizados para volar por la FAA, para realizar investigaciones y por otras razones. Muchos de estos drones también eran de aficionados, de personas y particulares que disfrutan de ellos".
Leavitt enfatizó que estos drones no eran de origen enemigo, desmintiendo así las especulaciones sobre posibles amenazas a la seguridad nacional. Esta declaración llegó tras las declaraciones del entonces presidente Joe Biden, quien en diciembre había asegurado que los drones no representaban un peligro para la población.
Un detalle importante es que la aclaración de la Casa Blanca se limitó a los drones avistados sobre Nueva Jersey. No se ofreció información sobre la legalidad de aquellos drones detectados en otras zonas de la costa este, dejando abierta la posibilidad de que algunos de los avistamientos pudieran corresponder a actividades no autorizadas.
La administración Trump, por su parte, insinuó previamente que la administración Biden conocía más detalles de la situación de lo que estaba revelando públicamente. Este intercambio de declaraciones añade una capa de complejidad a un asunto que inicialmente parecía sencillo, dejando a la luz las dificultades en la regulación y monitoreo del espacio aéreo en la era de los drones.
La información proporcionada por la Casa Blanca aporta claridad a la situación en Nueva Jersey, pero también subraya la necesidad de una regulación más efectiva y transparente en el uso de drones, garantizando la seguridad y tranquilidad de la ciudadanía.