La inestabilidad genera incertidumbre, y las medidas tomadas por el gobierno reflejan la gravedad de la coyuntura. El presidente Daniel Noboa ha anunciado una medida sin precedentes: el cierre de las fronteras norte y sur del país, desde el sábado 8 hasta el lunes 10 de febrero. Esta decisión, comunicada a través de X (antes Twitter), se complementa con la militarización de todos los puertos ecuatorianos. La justificación oficial apunta a contrarrestar "intentos de desestabilización de grupos armados".
Esta drástica acción llega tras una semana de alta tensión política. Recientemente, Noboa amenazó a México con la imposición de aranceles del 27% sobre sus exportaciones, agravando aún más las relaciones internacionales en un momento crucial para el país. La contienda electoral se perfila como un duelo entre Noboa, del partido ADN, y Luisa González, del movimiento Revolución Ciudadana, estrechamente ligada al expresidente Rafael Correa.
El contexto es complejo. Ecuador, ubicado estratégicamente en el Pacífico, se ha convertido en un punto clave para el tráfico de drogas, convirtiéndose en un campo de batalla para organizaciones criminales. Este incremento en la violencia ha transformado la realidad del país, que pasó de registrar 6 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2018 a un alarmante número de 47 en 2023, aunque el gobierno actual reporta una disminución a 38.
La politóloga Tatiana Quinga destaca a la AFP la preocupación ciudadana: "El primer problema en el que piensan los ecuatorianos es en la seguridad, seguido del tema económico." Esta realidad se refleja en una economía dolarizada con una deuda cercana a los 50.000 millones de dólares (40% del PIB), una tasa de pobreza del 28% y un considerable gasto en la lucha contra el narcotráfico.
Las elecciones del domingo involucran la elección de un binomio presidencial, 151 asambleístas y 5 parlamentarios andinos. El voto es obligatorio entre las 7:00 y 17:00 hora local (12:00 y 22:00 GMT). Las encuestas sugieren que probablemente no haya un ganador en primera vuelta, dejando la definición para una segunda ronda el 13 de abril. La situación actual refleja las complejidades y desafíos que enfrenta Ecuador en su camino hacia el futuro.