En ciudades como Chicago, Nueva York y Filadelfia, las recientes redadas, parte de una política migratoria más estricta impulsada por la nueva administración estadounidense, habían resultado en más de 8,000 detenciones. Sin embargo, la noticia no se centraba en la cifra de arrestos, sino en algo mucho más sorprendente: la liberación de un número significativo de migrantes con órdenes de deportación.
Según reportes de NBC News, la situación es compleja. La promesa de deportaciones masivas se enfrenta a una cruda realidad: la capacidad de ICE es limitada. Con tan solo 41,500 camas disponibles a nivel nacional, el sistema se encuentra saturado. Esta falta de espacio en los centros de detención, sumado a las restricciones judiciales que impiden la detención indefinida de quienes sus países de origen se niegan a recibir, ha forzado la liberación de numerosos individuos.
Un portavoz de ICE, citado por NBC News, explicó la situación: “Hacemos todo lo posible por mantener seguras a las comunidades, pero en algunos casos estamos obligados a liberar a ciertos detenidos”.
Pero la liberación no implica la impunidad. Muchos de estos migrantes ahora se encuentran bajo el programa de Alternativas a la Detención (ATD), un sistema de monitoreo que utiliza brazaletes electrónicos y otros dispositivos para rastrear su ubicación. Es una alternativa para evitar que desaparezcan, mientras sus casos se tramitan en los tribunales de inmigración.
La situación contrasta con la política de "cero tolerancia" aplicada en la frontera sur, donde se ha eliminado el "catch and release". Sin embargo, dentro del país, la falta de espacio continúa obligando a ICE a tomar decisiones difíciles.
Las razones para la liberación van más allá de la falta de espacio. ICE prioriza la detención de individuos con antecedentes criminales o considerados peligrosos. En otros casos, factores como razones médicas o la condición de cuidador principal de niños pueden influir en la decisión, según reportes de The Independent. La reciente disposición de Venezuela a aceptar repatriaciones también ha alterado la ecuación, afectando el destino de miles de venezolanos.
El panorama, entonces, es un entramado de factores que van más allá de la simple voluntad política, dejando en claro las limitaciones del sistema y la complejidad de la situación migratoria actual.