El epicentro de esta iniciativa radicaba en una simple frase que se propagó como reguero de pólvora en las redes sociales: “Un día sin inmigrantes”. La idea, originalmente compartida por el hondureño Osman Milla en su cuenta de Instagram —con más de 20,000 seguidores— convocó a la comunidad latina a una jornada de abstención: no comprar, no trabajar, no ir a clases.
Milla, residente en el área de Washington D.C., expresó en su publicación: “Nuestra fuerza está en nuestra unión. Alcemos la voz por nuestros derechos y nuestras familias. Somos esenciales, somos fuertes, somos comunidad.” Esta frase resonó con fuerza en otras comunidades latinas del país.
La idea, inicialmente dispersa, ganó impulso rápidamente. Entre el viernes 31 de enero y el sábado 1 de febrero, el mensaje se viralizó, trascendiendo barreras lingüísticas y geográficas. Roxana Damas, activista de ascendencia salvadoreña en el norte de California, explicó la estrategia: “Queremos que se mire el impacto económico y que nuestra gente se haga sentir. Creemos que la unión se puede demostrar no comprando, no yendo a trabajar, no yendo a la escuela, a su discreción.”
El impacto potencial es significativo. Una encuesta del Departamento del Trabajo, entre 2020 y 2022, reveló que el 42% de los empleados agrícolas carecía de permiso de trabajo. Este sector, duramente afectado por las políticas migratorias de la administración Trump, podría verse paralizado.
El llamado a la acción encontró eco en figuras influyentes como Alyna MartiCarra (más de 84,000 seguidores en Facebook) y Flor Martínez (más de 356,000 seguidores en Instagram), quienes instaron a la solidaridad y al uso del poder adquisitivo como herramienta de presión: “Tampoco deberíamos gastar nuestro dinero en el futuro. Tenemos poder en nuestras compras, ellos no son nada sin nuestro dinero y trabajo”, advirtió Martínez.
El contexto es crucial: el Migration Policy Institute estima en 11.3 millones el número de indocumentados en Estados Unidos. Un reporte de 2024 de la UCLA y la California Lutheran University cuantifica la contribución económica total de los latinos —con y sin documentos— en 3.7 billones de dólares en 2022.
El 3 de febrero de 2025, la economía estadounidense se enfrentó a un experimento social silencioso, con consecuencias aún por evaluar a fondo. La magnitud del impacto económico de "Un día sin inmigrantes" quedó pendiente de análisis posterior.