Este miércoles, el expresidente Donald Trump firmará una orden ejecutiva que impactará directamente en la participación de atletas transgénero en competencias femeninas. La orden, firmada en una ceremonia vespertina, reinterpreta el Título IX, la ley que busca la equidad de género en el deporte y la prevención del acoso sexual en las universidades.
La representante Nancy Mace, republicana de Carolina del Sur, declaró: “Esta orden ejecutiva restablece la equidad, defiende la intención original del Título IX y defiende los derechos de las atletas femeninas que han trabajado toda su vida para competir en los niveles más altos.”
Esta acción presidencial no es un hecho aislado. Forma parte de una serie de medidas tomadas por la administración Trump para redefinir el papel del gobierno federal en relación con las personas transgénero. Ya en su primer mandato, se emitió una orden que establecía una definición binaria de género (masculino o femenino) para documentos oficiales y políticas gubernamentales.
Durante su campaña, Trump aprovechó el tema de la participación de atletas transgénero en deportes femeninos, una promesa que, según encuestas de AP VoteCast, resonó en un amplio sector del electorado. Más de la mitad de los encuestados consideraron que el apoyo a los derechos de las personas transgénero había llegado demasiado lejos.
La decisión se produce en medio de un complejo escenario legal. Las dos últimas administraciones presidenciales han tenido interpretaciones divergentes del Título IX. La administración Biden, por ejemplo, emitió una política que protegía los derechos de los estudiantes LGBTQ+, una política que fue inmediatamente impugnada en los tribunales por varios estados republicanos.
El impacto real de la orden ejecutiva en la población de atletas transgénero es aún incierto. Estudios recientes muestran que el número de atletas transgénero que participan en competencias femeninas es reducido. Incluso, en algunos estados que aprobaron leyes restrictivas, se ha registrado una gran dificultad para encontrar casos concretos que justifiquen dichas medidas. Como señaló Cheryl Cooky, profesora de la Universidad de Purdue, “Esta es una solución buscando a un problema”.
A pesar de la incertidumbre sobre el número real de atletas afectadas, el debate continúa. Casos mediáticos como el de Lia Thomas, nadadora de la Universidad de Pensilvania, han exacerbado la controversia, generando un debate público intenso sobre inclusión, equidad, y la definición misma del deporte competitivo.
El impacto a largo plazo de esta orden ejecutiva y su alcance legal siguen siendo materia de análisis y especulación. La decisión abre nuevas interrogantes sobre la interseccion de la política, el deporte, y los derechos de las personas transgénero en Estados Unidos.