En el pintoresco pueblo de Maróstica, la leyenda de dos jóvenes nobles enamorados de la hija del gobernador ha trascendido siglos. Se dice que “la costumbre de la época dictaba un duelo a muerte para resolver sus pretensiones”, pero el gobernador, un hombre sabio y generoso, ideó una solución más ingeniosa.
El ajedrez se convirtió en el campo de batalla, un tablero donde el amor y la estrategia se enfrentaron. El ganador de la partida se casaría con la bella hija del gobernador. Esta no fue una partida cualquiera; fue un evento que, en cada año par de septiembre, se recrea con actores reales, convirtiéndose en una representación a gran escala en un tablero gigantesco, un espectáculo único en su tipo.
La partida original, sin embargo, permanece envuelta en el misterio. “No se conoce el desarrollo de la partida original”, por lo que cada conmemoración se basa en una partida histórica: una clásica del campeón del siglo XIX, Adolf Anderssen. Una recreación fiel a la estrategia, pero con el sabor especial de la tradición, manteniendo vivo el espíritu de la leyenda.
Más allá de la romántica historia, nos invita a contemplar la inagotable capacidad del mundo para sorprendernos. Maróstica, con su juego de ajedrez viviente, es un legado que sigue cautivando. Las historias de amor y las leyendas, se mantienen vivas y nos siguen regalando maravillosas experiencias que perduran en el tiempo.