Trump propone comprar y controlar Gaza: Reacciones internacionales divididas
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El domingo pasado, durante un viaje a Nueva Orleans, Donald Trump sorprendió al mundo con unas declaraciones a los periodistas a bordo del Air Force One. Según sus propias palabras, "Estoy comprometido a comprar y controlar Gaza. En cuanto a reconstruirla, podemos cederla a otros Estados de Medio Oriente..."
La propuesta, ciertamente audaz, incluye la posibilidad de ceder secciones de Gaza a otros países de la región para su reconstrucción bajo supervisión estadounidense. Trump justificó su postura describiendo Gaza como "un sitio de demolición. Lo que queda se demolerá. Todo está destruido." También mencionó la posibilidad de aceptar refugiados palestinos en Estados Unidos, caso por caso.
Esta declaración no ha pasado desapercibida. Ezzat El Rashq, miembro del departamento político de Hamás, la calificó de inaceptable en un comunicado: "Gaza no es una propiedad que se pueda vender y comprar. Es una parte fundamental de nuestra tierra palestina ocupada", enfatizando la firme oposición palestina a cualquier desplazamiento forzado.
La idea de una "Riviera de Oriente Próximo", mencionada previamente por Trump, parece estar cobrando fuerza en medio de estas controversias. La incertidumbre sobre el futuro de los palestinos que habitan Gaza, tras más de un año de bombardeos israelíes, sigue siendo un punto álgido del debate.
El presidente israelí, Isaac Herzog, confirmó reuniones entre Trump y otros líderes árabes clave, incluyendo al presidente egipcio Abdel Fattah el-Sisi, el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salmán y el rey Abdulah II de Jordania. Herzog enfatizó la necesidad de "escuchar, hablar y honrar los sentimientos" de estos líderes para "construir un plan sostenible para el futuro".
Sin embargo, la reacción internacional ha sido variada. Arabia Saudita ya ha rechazado tajantemente la propuesta, al igual que varios otros países. Informes indican que el rey Abdullah de Jordania planea expresar su preocupación a Trump, advirtiendo sobre la posibilidad de un aumento del radicalismo y un grave impacto en la paz regional.
La Casa Blanca aún no ha emitido una declaración oficial al respecto. La incertidumbre persiste, dejando a la comunidad internacional a la espera de nuevos acontecimientos y aclaraciones.