Muere Rodrigo Moya, el fotógrafo que retrató las cicatrices de América Latina

Tenía 91 años y un archivo de más de 40 mil negativos que hoy son memoria viva del continente.
Su hijo, Pablo Moya, confirmó la noticia sin especificar causas médicas, aunque se sabe que el maestro enfrentaba problemas de salud desde hace algún tiempo. "Era un fotógrafo que creía en la verdad, incluso cuando duelen sus aristas", dijo sobre quien retrató desde la intimidad de Frida Kahlo hasta las trincheras de la guerrilla colombiana.
Detalles que definieron su legado:
En los 90, cuando muchos creían que su carrera había terminado, sorprendió al ganar el Premio Nacional de Cuento INBA. Pero su verdadera obsesión seguía siendo rescatar ese archivo que hoy custodian instituciones como la UNAM. Junto a su esposa, Susan Flaherty, dedicó sus últimos años a organizar meticulosamente cada negativo, cada historia.
Su lente capturó lo que los discursos oficiales omitían: niños jugando entre escombros, campesinos con las manos agrietadas, la tensión en los ojos de los soldados. No usaba filtros ni retoques, solo la crudeza de un blanco y negro que delataba verdades. Una máquina del tiempo, como él mismo llamó a su cámara.