Deslaves en Los Ángeles: Tormentas intensas agravan los daños por los incendios
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El foco de atención se centra ahora en Los Ángeles, donde las consecuencias de las recientes tormentas han sido devastadoras. Intensas lluvias, las más fuertes de la temporada, han desatado una serie de deslaves en zonas ya debilitadas por los incendios forestales de años anteriores. El impacto ha sido significativo, afectando carreteras, viviendas e incluso causando el colapso parcial de estructuras.
Según reportes de The Guardian, las áreas más afectadas son aquellas que sufrieron los estragos del incendio Eaton y el incendio Palisades. La falta de vegetación, consecuencia directa de los incendios, ha dejado el suelo vulnerable a la erosión. "El terreno inestable cede, arrastrando árboles y rocas hacia viviendas cercanas," describe un testigo citado por Reuters.
En Malibú, un dramático incidente dejó a un bombero del Departamento de Los Ángeles con heridas leves tras ser arrastrado su vehículo al océano por un flujo de escombros. En Altadena, las barreras de concreto, instaladas para prevenir precisamente este tipo de incidentes, fueron superadas por la fuerza del agua y los escombros. Pacific Palisades, por su parte, se enfrenta a una intersección completamente inundada bajo un metro de lodo.
La situación no se limita a Los Ángeles. En Sierra Madre, se emitieron órdenes de evacuación ante el riesgo de nuevos deslaves, mientras que en Orange County, el camino Trabuco Canyon permanece bloqueado. La región de la bahía de San Francisco también ha experimentado apagones y pequeños deslizamientos.
El efecto dominó de este evento climatológico se extiende aún más. En Oregón, un choque múltiple en la Interestatal 84 involucró a entre 20 y 30 vehículos, dejando a cuatro personas hospitalizadas. En Washington, otro accidente en la Interestatal 5 dejó un saldo de seis heridos y 22 vehículos involucrados. En ambos casos, las condiciones climáticas adversas – nieve, hielo y fuertes vientos – fueron factores determinantes.
Más allá de las carreteras, la infraestructura en general ha sufrido. En Azusa, el techo de un supermercado colapsó parcialmente, aunque afortunadamente sin víctimas. En Oxnard, fuertes ráfagas de viento, incluso con la posibilidad de un tornado débil, causaron daños significativos en un parque de casas móviles.
Las autoridades, por su parte, trabajan arduamente en la remoción de escombros, la asistencia a los afectados y la emisión de alertas a las comunidades en riesgo. Se han distribuido sacos de arena y se han reforzado las barreras temporales, aunque las intensas lluvias han superado estas medidas en varias zonas. Se recomienda a los residentes tener listas bolsas de evacuación y evitar dejar vehículos en la calle.
El impacto de estas tormentas, que se suman a la ola de incendios forestales y al reciente vórtice polar, subraya la creciente necesidad de prepararse para eventos climáticos cada vez más extremos e impredecibles en todo el país. Los esfuerzos de rescate y limpieza continúan, mientras se monitorea el impacto a largo plazo en las comunidades afectadas.