Bombas MK-82 caen en Pocheon: 8 heridos tras accidente militar

La calma posterior al impacto contrastaba con la devastación. Vidrios rotos, paredes agrietadas, escombros en las calles… Era la imagen que recibían los equipos de emergencia al llegar a la zona residencial afectada. Un escenario que evocaba la fragilidad de la vida ante la potencia de la fuerza militar. Dentro de las casas, el desorden era total: platos rotos, muebles desplazados, un panorama de destrucción que deja ver la fuerza del impacto. Un lavamanos hecho añicos en un baño, un cuenco de vidrio partido en una mesa, eran solo ejemplos de los estragos causados.
La causa: el lanzamiento accidental de ocho bombas MK-82, de 225 kilogramos cada una, por un caza KF-16 de la Fuerza Aérea de Corea del Sur, durante maniobras militares. Las bombas, destinadas a un área de entrenamiento específica, cayeron en una zona residencial, dejando un saldo de ocho personas heridas, dos de ellas de gravedad.
La Fuerza Aérea surcoreana ofreció una disculpa pública y anunció una investigación exhaustiva para determinar las causas del accidente. Sin embargo, el incidente ha revivido las preocupaciones de los residentes de Pocheon, una ciudad ubicada a 40 kilómetros de Seúl, cercana a la frontera con Corea del Norte y escenario habitual de ejercicios militares conjuntos entre Corea del Sur y Estados Unidos.
Los vecinos llevan años denunciando los riesgos que implican estas prácticas en una zona tan densamente poblada. "Siempre hemos dicho que estos entrenamientos representan un riesgo, pero nadie ha hecho nada al respecto", señaló un residente afectado. El incidente, ocurrido en el contexto de ejercicios conjuntos, incluyendo la participación de cazas F-35A, F-15K y FA-50, ha puesto en relieve la vulnerabilidad de la población civil.
Las autoridades investigan si el error fue de origen técnico o humano. De acuerdo con la agencia Yonhap, una sola bomba MK-82 puede crear un cráter de hasta ocho metros de diámetro y una onda expansiva comparable a la de un campo de fútbol. Este hecho pone en cuestión los protocolos de seguridad implementados durante estas maniobras militares, cruciales para la estrategia de defensa conjunta de Seúl y Washington ante las amenazas de Corea del Norte, y que formarán parte de los ejercicios "Freedom Shield" del 10 al 20 de marzo.
Mientras las investigaciones continúan, las imágenes de las casas afectadas y los testimonios de los residentes quedan como un crudo recordatorio del impacto inesperado de la potencia militar sobre la vida cotidiana.