Kennedy Jr. promueve aceite de hígado de bacalao y vitamina A como tratamiento para el sarampión

En el epicentro de la controversia se encuentra Robert F. Kennedy Jr., Secretario de Salud de Estados Unidos, cuyas declaraciones han generado un gran revuelo. Kennedy, conocido por sus posturas antivacunas, ha recomendado el uso de aceite de hígado de bacalao y vitamina A como tratamiento para el sarampión, una solución que ha sido recibida con escepticismo por la comunidad científica. En una entrevista con Fox News, defendió su postura, afirmando que médicos en Texas han obtenido “muy, muy buenos resultados” utilizando esta alternativa, junto con budesonida y claritromicina.
Esta propuesta contrasta con las recomendaciones tradicionales de la triple vírica, sobre la cual Kennedy mantiene su postura ambigua: "Vacunar o no es una elección de los padres," afirma. La situación se complica aún más por la baja tasa de vacunación en ciertas comunidades, como la menonita de Gaines, donde históricamente las tasas de vacunación han sido inferiores al 95% necesario para lograr la inmunidad colectiva. El año pasado, solo un 82% de los niños en edad preescolar del condado recibió la vacuna contra el sarampión.
La propagación del brote no se limita a Texas. Se han registrado casos en otros estados, incluyendo Nueva York, donde se reportaron dos casos esta semana. Incluso Canadá, específicamente la provincia de Ontario, ha reportado 80 casos. La situación ha llevado a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) a enviar "rastreadores" a la zona para contener el brote. Los datos de los CDC señalan que uno de cada cinco contagios termina en hospitalización.
El declive en las tasas de vacunación a nivel nacional es alarmante. Se observa una disminución en la cobertura de otras vacunas infantiles, como las de la difteria, el tétanos, la tosferina, la poliomielitis y la varicela, en más de 30 estados. Este fenómeno, asociado con la creciente popularidad de las teorías conspirativas en torno a las vacunas, ha generado una mayor vulnerabilidad ante el resurgimiento de enfermedades previamente controladas. El sarampión, considerado erradicado en el año 2000, ha vuelto a representar una amenaza significativa para la salud pública.
La situación revela un escenario complejo, donde la desinformación, las bajas tasas de vacunación y la falta de un consenso claro en torno a las políticas de salud pública, han contribuido al resurgimiento de enfermedades prevenibles. La declaración de una madre de Seminola, Texas, recogida por The Washington Post, resume la polarización de la situación: "No vamos a perjudicar a nuestros hijos solo para poder salvar a los tuyos".