Trump anuncia aranceles del 50% al acero y aluminio canadienses en respuesta a Doug Ford

El epicentro de esta inestabilidad se sitúa en la relación entre Estados Unidos y Canadá. La decisión del primer ministro de Ontario, Doug Ford, de imponer un arancel del 25% a la energía eléctrica exportada a estados vecinos como Nueva York, Minnesota y Michigan, ha desatado una respuesta contundente por parte del presidente Donald Trump.
“Esto entrará en vigencia MAÑANA POR LA MAÑANA, 12 de marzo”, escribió Trump en su red Truth Social, anunciando la imposición de aranceles del 50% al acero y aluminio canadienses. Esta medida, que duplica el arancel original, se presenta como una represalia directa a las acciones de Ford.
La escalada de la tensión comercial no se limita a los aranceles al acero y aluminio. Trump ha advertido que podría aumentar "sustancialmente" otros aranceles a partir del 2 de abril si Canadá no elimina las tarifas sobre productos lácteos y otros bienes estadounidenses. Esto se suma a la preocupación existente sobre la estabilidad del T-MEC.
La situación ha generado incertidumbre en el panorama económico. El Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq experimentaron caídas significativas este martes. La volatilidad en el mercado se refleja en el desplome de las acciones de empresas como Tesla, que perdió un 15% el lunes.
La respuesta de Canadá ha sido contundente. Además del arancel de Ontario, el gobierno federal también ha impuesto aranceles a productos estadounidenses como jugo de naranja, calzado y motocicletas. Se ha reportado que Doug Ford ha amenazado con cortar el suministro eléctrico a Estados Unidos si los aranceles entran en vigor. Sus declaraciones, incluyendo “los estadounidenses deben sentir 'el dolor' de los aranceles”, han elevado aún más la tensión.
En este contexto, la llegada de Mark Carney como nuevo primer ministro de Canadá, tras la elección del Partido Liberal, agrega una nueva variable a esta compleja ecuación. Su gestión en esta crisis comercial será crucial para determinar el curso futuro de las relaciones entre ambos países.
La situación económica global, en particular para Norteamérica, se encuentra en un punto crítico. La incertidumbre generada por esta guerra arancelaria se suma a otros factores que afectan la estabilidad del mercado. La amenaza de una emergencia nacional declarada por Trump en materia de energía plantea un escenario impredecible con graves consecuencias económicas en un futuro cercano.