Expertos desmienten afirmaciones sobre beneficios del sarampión ante brote en Texas

El debate se intensificó con declaraciones de figuras públicas como Robert F. Kennedy Jr., quien en una entrevista reciente afirmó: “Hay muchos estudios que muestran que si realmente contraes la infección en su forma salvaje, estás protegido más adelante”. Esta aseveración, que se ha viralizado, ha sido replicada por otros, incluyendo a Mary Holland, directora ejecutiva de Children’s Health Defense, quienes promueven la idea de que el sarampión, en su forma natural, podría proteger contra el cáncer y otras enfermedades.
Sin embargo, la realidad es muy diferente. Un brote en Texas, con más de 259 casos, 34 hospitalizaciones y una muerte hasta el 14 de marzo, sirve como crudo recordatorio de los peligros de esta enfermedad altamente contagiosa. Este brote, centrado en comunidades con baja tasa de vacunación en el oeste de Texas, se ha extendido incluso al vecino estado de Nuevo México, reportando 35 casos, incluyendo dos hospitalizaciones y un fallecimiento.
La información proporcionada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) es contundente: por cada 1.000 niños que contraen sarampión, entre 1 y 3 mueren, a menudo por neumonía. 1 de cada 1.000 desarrolla encefalitis, con posibles secuelas como pérdida auditiva permanente o discapacidad intelectual. Aproximadamente una quinta parte de los pacientes no vacunados requieren hospitalización.
Expertos como el Dr. Michael Mina, ex profesor de la Escuela de Salud Pública de Harvard, refutan categóricamente las afirmaciones sobre los beneficios del sarampión. “No hay buenos datos que demuestren que el sarampión mejora la salud,” afirma el Dr. Mina. Sus investigaciones demuestran lo contrario: el sarampión causa una amnesia inmunológica, dejando a la persona vulnerable a otras infecciones durante varios años. Estudios, como uno publicado en JAMA en el 2000, incluso lo vinculan a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades alérgicas como eczema, rinitis o asma.
Aunque existen estudios que sugieren una posible asociación entre el sarampión y una menor incidencia de algunas enfermedades en la edad adulta, estos estudios son a menudo pequeños, dependen de datos auto-reportados y no establecen una relación causal. Además, la mayoría de las investigaciones publicadas en revistas poco reputadas o sin revisión por pares no son concluyentes. La vacuna MMR, por otro lado, ofrece una protección segura y efectiva contra el sarampión, paperas y rubéola, sin los riesgos asociados a la enfermedad.
El sarampión es una enfermedad prevenible. La información precisa y basada en evidencia científica debe prevalecer sobre las afirmaciones infundadas que circulan en redes sociales. La salud pública exige un enfoque responsable y basado en datos comprobados.