Tensión en Groenlandia: visita de la segunda dama de Estados Unidos reaviva disputa territorial

La razón: la visita inesperada de una delegación estadounidense encabezada por Usha Vance, la segunda dama de Estados Unidos. Su viaje, programado para el próximo jueves, incluye a figuras clave como Michael Waltz, el consejero de Seguridad Nacional, y Chris Wright, el secretario de Energía. La coincidencia con las declaraciones recientes del presidente Donald Trump, quien reiteradamente ha expresado su deseo de anexionar Groenlandia a Estados Unidos, ha generado una tormenta política.
La Casa Blanca, en un comunicado lacónico, describe la visita como una oportunidad para "aprender sobre el patrimonio groenlandés" y asistir a la carrera. Sin embargo, “es una explicación que no convence a nadie”, declara Múte Egede, primer ministro en funciones de Groenlandia, en una entrevista al diario Sermitsiaq. Egede califica la visita de “muy agresiva” y expresa su preocupación ante lo que considera una demostración de fuerza por parte de Estados Unidos.
El descontento se extiende. Jens-Frederik Nielsen, líder del partido Demokraatit, ganador de las recientes elecciones, criticó duramente la visita, afirmando que “no debemos ser forzados a participar en un juego de poder del que nosotros mismos no hemos elegido ser parte”. La situación se complica aún más con la postura de Naleraq, partido populista e independentista que obtuvo el 25% de los votos, y que propone un tratado de libre asociación con Estados Unidos a cambio de apoyo económico y seguridad. Una propuesta que, en el contexto actual, suena como una concesión bajo presión.
La presencia del consejero de Seguridad Nacional es particularmente inquietante para Egede. Él mismo lo señala en la entrevista: “¿Cuál es el propósito de su presencia en Groenlandia? El único propósito es hacernos una demostración de fuerza”. Las palabras de Trump, quien en un discurso reciente en el Congreso afirmó que conseguirá el control de Groenlandia “de una forma u otra”, resuenan con fuerza en este escenario de creciente tensión.
Mientras tanto, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, emitió un comunicado señalando que Dinamarca se toma el asunto “muy en serio” y que cualquier conversación con Washington sobre Groenlandia debe involucrar tanto a Copenhague como al futuro gobierno groenlandés. La situación es compleja, con un futuro gobierno en formación y una presión externa que amenaza la soberanía de la isla.
El viaje de Donald Trump Jr. a Groenlandia en enero, aunque sin cargo oficial, añade una capa más a esta intrincada situación geopolítica. La visita de la delegación estadounidense y las palabras de Trump han reavivado la discusión sobre la soberanía de Groenlandia y su futuro en la escena internacional, dejando un clima de incertidumbre en el aire ártico.