Corea del Sur: 27 muertos por devastadores incendios forestales

La tragedia comenzó hace una semana en el sureste, donde varios incendios forestales, alimentados por un clima excepcionalmente seco y fuertes vientos, se desataron con una virulencia inusitada. Se trata de los peores incendios forestales en la historia de Corea del Sur. Las cifras son desgarradoras: 27 personas han perdido la vida. Entre las víctimas se encuentra un piloto cuyo helicóptero se estrelló durante las labores de extinción, además de cuatro bomberos y otros trabajadores que quedaron atrapados por las llamas. Al menos 37,000 personas tuvieron que abandonar sus hogares, dejando atrás todo lo que poseían. Más de 300 estructuras quedaron reducidas a cenizas.
El gobierno surcoreano ha desplegado una respuesta masiva: miles de efectivos, decenas de helicópteros y una enorme cantidad de equipo trabajan incansablemente. Sin embargo, los vientos dificultan enormemente las tareas de extinción. “La cantidad de lluvia esperada –menos de 5 milímetros– probablemente no ayudará mucho”, afirmó Lim Sang-seop, jefe del Servicio Forestal de Corea.
Las autoridades investigan las causas, sospechando que varios incendios fueron resultado de errores humanos, como quemas controladas que se salieron de control o chispas durante trabajos de soldadura. Se menciona, además, la quema de hierbas en tumbas familiares como posible origen de algunos de los siniestros. La edad avanzada de muchas de las víctimas civiles, quienes tuvieron dificultades para evacuar o incluso se negaron a hacerlo, también revela una compleja situación social y logística.
La devastación es inmensa. 36,000 hectáreas de terreno han sido arrasadas por las llamas, una cifra sin precedentes en Corea del Sur. A las muertes, se suman 32 heridos y daños a 325 edificios y estructuras. Ciudades como Andong, y los condados de Uiseong y Sancheong, así como Ulsan, son algunas de las zonas más afectadas. Incluso el histórico pueblo tradicional de Hahoe, patrimonio de la UNESCO, se vio afectado por las órdenes de evacuación. En Uiseong, parte del complejo del templo Gounsa, con estructuras que datan del siglo VII, fue destruido.
El despliegue operativo es monumental: más de 9,000 personas y alrededor de 120 helicópteros luchan contra el fuego. En Cheongsong, las imágenes de densas columnas de humo ascendiendo de la montaña Juwang son impactantes, aunque la situación parece haber mejorado ligeramente. El Servicio Forestal de Corea ha elevado su alerta al máximo nivel, implementando restricciones y solicitando la suspensión de ejercicios militares con fuego real.
El subdirector del centro de respuesta a desastres del gobierno, Lee Han-kyung, declaró que los incendios han puesto de manifiesto “la realidad de la crisis climática que aún no hemos experimentado”. Esta tragedia resalta la vulnerabilidad ante eventos climáticos extremos, recordando la urgente necesidad de una respuesta global a este desafío.