Conductora en Brooklyn acusada de triple homicidio

El sábado por la tarde, en la intersección de Midwood y Ocean Parkway, un Audi azul, conducido por Miriam Yarimi, de 32 años, se vio involucrado en un trágico accidente. La colisión inicial fue con un Toyota Camry que estaba girando, pero las consecuencias fueron devastadoras para los peatones que se encontraban cruzando la calle.
Las víctimas fueron identificadas como Natasha Saada, de 34 años, y sus hijas, Diana y Deborah, de 5 y 8 años, respectivamente. Su hijo de 4 años, afortunadamente, sobrevivió pero permanece hospitalizado en estado crítico. El funeral de Natasha y sus hijas tuvo lugar el domingo, una ceremonia que reunió al desconsolado esposo de Natasha, Sidney Saada, con otros familiares y seres queridos.
"Eran niños, y había uno boca abajo y otro boca arriba," recuerda una testigo que, junto con su padre, paramédico, corrió a auxiliar a las víctimas. "Se apiñaron alrededor de ellos e intentaron practicarle RCP a uno de ellos". En total, 10 personas, incluyendo seis menores, fueron trasladadas a hospitales cercanos con heridas de diversa consideración.
La tragedia ha abierto un debate sobre la seguridad vial en la ciudad. Miriam Yarimi enfrenta cargos graves, incluyendo homicidio involuntario, homicidio por negligencia criminal, agresión y conducción imprudente. Se le acusa también de no ceder el paso, exceso de velocidad y conducir con la licencia suspendida. El historial de la conductora, según Alternativas de Transporte, es alarmante: el Audi contaba con más de 90 multas, incluyendo más de 13 por exceso de velocidad en zonas escolares durante el año pasado.
La organización ha emitido un comunicado pidiendo a los legisladores que aprueben una ley que implemente limitadores de velocidad en vehículos de conductores reincidentes. El alcalde Eric Adams, en una conferencia de prensa, expresó su consternación: “Ver a una madre y a sus dos hijos perdidos en un accidente automovilístico es extremadamente preocupante y doloroso”.
La investigación continúa, y la ciudad de Brooklyn procesa el dolor de una pérdida irreparable mientras reflexiona sobre las consecuencias de la imprudencia al volante.