Crisis migratoria: madres desesperadas y familias destruidas en Estados Unidos

El foco de atención se ha desplazado hacia las madres migrantes. Mujeres como la venezolana que gritó desesperada “Auxilio, mis hijos están en la escuela” mientras era arrestada en San Antonio, Texas, o la hondureña que sufrió un ataque de pánico ante la detención de su hijo de siete años, son solo dos ejemplos de una realidad alarmante. También hay reportes de una mexicana separada de sus hijas y su esposo a las puertas de un tribunal en Nueva York.
Según Adam Isacson, director del programa de Supervisión de Defensa de WOLA, “Están buscando sembrar terror para que los migrantes se autodeporten. Es mucho más barato que un proceso de deportación regular.” Esta estrategia, según Isacson, podría tener consecuencias negativas para la imagen de la administración en el corto plazo, aunque las encuestas indican un apoyo considerable a su política migratoria, con un 46% de aprobación, según el Centro de Investigación de Asuntos Públicos de The Associated Press-NORC.
La meta diaria de detenciones, según fuentes de Fox News, es de 3.000, cifra que ya se acercó con 2.368 en un solo día. Para alcanzarla, se está enfocando en migrantes que ya forman parte del sistema, incluyendo solicitantes de asilo, beneficiarios de programas suspendidos y personas con TPS vigente. Steven Miller, arquitecto de la política migratoria de la Casa Blanca, está detrás de esta iniciativa.
Mary Kapron, investigadora de Amnistía Internacional, destaca la vulnerabilidad de las mujeres migrantes: “Las mujeres siempre han estado en una situación de riesgo mucho mayor… el impacto sobre los niños es mayor cuando detienen a su mamá.” El problema se agrava por la falta de asistencia legal, con muchas madres presentándose solas ante los tribunales, sin conocimiento de sus derechos. La eliminación de financiación a organizaciones que brindaban asistencia legal ha exacerbado esta situación.
El impacto en las comunidades es devastador. “La separación familiar… es parte de una puesta en escena que tiene como objetivo generar un ambiente de miedo”, señala Carolina Jiménez, experta en derechos humanos y directora de WOLA. Miles de niños se enfrentan a un futuro incierto, sin un plan de apoyo del Departamento de Seguridad Nacional. La falta de recursos y la crudeza del proceso generan un trauma profundo en los menores, dejando a familias destrozadas y comunidades desgarradas.
La situación deja en evidencia una política migratoria controvertida, con consecuencias profundas y de largo alcance en la vida de miles de familias. La administración Trump ha demostrado la férrea determinación de llevar a cabo su plan cueste lo que cueste, dejando tras de sí un rastro de dolor y devastación.