París.
El organismo midió el impacto en el bienestar del trabajador, la estabilidad laboral y la calidad del ambiente de trabajo.
México es el país con peor calidad de ingresos entre los trabajadores de los 32 países de la OCDE, entendida no solo como el nivel de renta, sino también cómo ésta se reparte entre los trabajadores.
Se trata de uno de los hallazgos del informe que presentó hoy la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con el título “¿Cómo de bueno es su trabajo? Medir y determinar la calidad del empleo”.
Este se centra en el análisis de tres criterios: el impacto de los ingresos en el bienestar del trabajador, la estabilidad laboral y la calidad del ambiente de trabajo.
Así, en cuanto a la calidad de ingresos, México ocupa el peor lugar de la clasificación, seguido por Turquía, Chile, Estonia y Polonia en una lista que encabezan Holanda, Luxemburgo, Suiza y Noruega.
En cuanto a la estabilidad laboral, descrita como la “probabilidad de perder el empleo y su coste económico para los trabajadores”, México se sitúa en la posición número 23 de 32 países donde Grecia y España están en la parte más baja e Islandia y Noruega en la más alta.
Finalmente, respecto a la calidad del ambiente de trabajo, medida relacionada con la presión que sufre el empleado por un exceso de peticiones o con los recursos insuficientes para desarrollar las tareas, México se sitúa en el octavo lugar de los once países de la OCDE que no pertenecen a la Unión Europea (UE), analizados separadamente y con datos de 2005.
Lideran esa clasificación Nueva Zelanda y Suiza y la cierran Turquía y Corea del Sur.
“La crisis no solo ha afectado al número de empleos disponibles, sino también a su calidad”, subrayó la OCDE.
Los datos también revelan grandes diferencias entre diferentes grupos de empleados, de forma que los jóvenes y los profesionales poco cualificados se sitúan a la cola tanto en acceso al empleo como en calidad de los ingresos e inestabilidad, respecto a otros grupos socio-económicos.
Las mujeres “sufren de tasas de trabajo sustancialmente inferiores que los hombres y se enfrentan a una amplia brecha salarial” respecto a estos, aunque muestran menos “presión salarial”, destacó la OCDE.
“La calidad del empleo no solo es importante para los trabajadores, sino también para la productividad de la empresa”, destacó en un comunicado el secretario general de la OCDE, el mexicano Ángel Gurría.