La ventaja de más del 30% confirmada por el Instituto Nacional Electoral marca una goleada histórica en el país, que no se veía desde hace más de 40 años. Gálvez, apoyada por la derecha política y unida por el odio a Andrés Manuel López Obrador, transitó por las cinco fases del duelo, desde la negación hasta la aceptación.
A pesar de insinuar un posible robo de las elecciones, finalmente reconoció la victoria de Sheinbaum como una buena demócrata. Por su parte, figuras como Vicente Fox y Felipe Calderón, representantes de la derecha, han cuestionado la transparencia del proceso electoral e incluso han insinuado un posible fraude, sin embargo, los resultados son contundentes y la victoria de Sheinbaum es innegable.
Ante la incapacidad de la derecha para asumir su derrota con calma, se espera que intenten deslegitimar el resultado, aunque esto roce el absurdo. El reto para Sheinbaum será mantenerse firme ante los intentos de desestabilización y continuar con la transformación del país.