Este lunes, una ola de indignación y reclamo de justicia se desató frente a la Secretaría de Gobernación (Segob) en Ciudad de México. Decenas de manifestantes, con rostros cubiertos, arrojaron explosivos al edificio gubernamental tras un mitin en el que los familiares de los estudiantes desaparecidos exigieron respuestas.
Las protestas se intensifican a medida que se acerca el 26 de septiembre, fecha que marca el décimo aniversario de la trágica noche en Iguala, Guerrero, cuando los jóvenes fueron vistos por última vez. Desde entonces, cada 26 de mes, las familias de los normalistas y sus compañeros se toman las calles para exigir justicia. Este año, el clamor es aún más fuerte, al coincidir con los últimos días del mandato de Andrés Manuel López Obrador, quien ha sido acusado por las familias de incumplir su promesa de resolver el caso.
La tensión se ha intensificado en las últimas semanas, luego de que la Comisión de la Verdad, creada por el propio gobierno, concluyera que la desaparición de los 43 normalistas fue un "crimen de Estado" con la participación de autoridades de todos los niveles, incluyendo las Fuerzas Armadas. El presidente López Obrador, sin embargo, ha contradecido este informe, generando mayor polémica y desconfianza.
En medio del dolor y la incertidumbre, las familias de los 43 estudiantes siguen buscando respuestas, exigiendo verdad y justicia. La semana de protestas en Ciudad de México ha comenzado con un fuerte mensaje: la lucha por la verdad y la memoria de los desaparecidos continúa.