Desde temprano este miércoles, las áreas alrededor del Zócalo y el Palacio Nacional en Ciudad de México están fuertemente resguardadas con barreras, limitando el acceso principalmente a peatones. Este operativo se lleva a cabo en anticipación a la marcha que conmemora el décimo aniversario de la desaparición forzada de los normalistas de Ayotzinapa.
La policía de la Ciudad de México ha colocado grandes bloques de concreto en las calles que conducen a la Plaza de la Constitución, impidiendo el acceso de vehículos. Esta medida busca garantizar que solo los manifestantes a pie puedan participar en la movilización y prevenir la entrada de automóviles, camiones y otros tipos de transporte.
Además de los bloques de concreto, se han instalado vallas metálicas en diversas calles, como 5 de mayo, Tacuba y Pino Suárez, dejando únicamente pequeños espacios para el paso peatonal. También se han rodeado edificios emblemáticos, como el Palacio Nacional y el Palacio de Bellas Artes, con murallas de acero para protegerlos de posibles daños durante la movilización.
El operativo incluye una fuerte presencia de efectivos de la policía capitalina y vehículos del Ejército, que transportan tanto a personal militar como a civiles. Esta estrategia de seguridad es parte de las medidas para mantener el orden en el Centro Histórico durante la conmemoración.
No se ha aclarado si el operativo se extenderá hasta el día de la toma de posesión de la futura presidenta Claudia Sheinbaum o durante la movilización del 2 de octubre, que recuerda la matanza estudiantil de 1968. La situación sigue siendo vigilada de cerca por las autoridades.