La colonia que antes era conocida como Nueva Díaz Ordaz, ahora lleva el nombre de Estudiantes de 1968, un cambio que ha generado un profundo malestar entre sus habitantes.
La decisión, tomada en los últimos días de la pasada administración, ha sembrado la discordia entre los residentes, quienes aseguran que nunca fueron consultados.
Esto es una imposición que a nosotros no nos conviene, no queremos el cambio de nombre, clama Alejandro Alcocer, reflejando la voz de inconformidad de la comunidad.
Las fachadas de las casas y los comercios se han convertido en un lienzo de protesta, donde cartulinas con mensajes de rechazo al cambio de nombre se alzan como estandartes de la lucha por la identidad.
Los papeles ya tienen años, los de los papás, escrituras, por ejemplo, una escritura volverla a cambiar... , lamenta Lucila Martínez, quien argumenta que el cambio representa una carga burocrática innecesaria y un costo adicional para los habitantes.
La indignación se intensifica ante la noticia de que el cambio de nombre de las escrituras tendrá un costo de 38 mil pesos, una cifra que se suma a la lista de inconvenientes que acarrea esta decisión. "A nadie le pidieron opinión, aquí en la colonia", sentencia Juventino Alcocer, exponiendo la falta de consulta y participación ciudadana en el proceso.
En las calles empedradas de Coyoacán, la sombra del cambio de nombre se proyecta sobre la comunidad, dejando un sabor amargo y una sensación de impotencia ante una decisión que no los representa.