La amenaza fue comunicada por vía telefónica a personal administrativo, lo que desencadenó un operativo de seguridad por parte de la policía.
Los hechos ocurrieron minutos antes del mediodía, en el campus situado en Tlalpan, donde la vigilancia interna comenzó de inmediato a evacuar a estudiantes y trabajadores. A medida que la situación se desarrollaba, la Policía Auxiliar llegó al lugar y estableció un cerco de seguridad, abarcando al menos dos cuadras a la redonda de la institución.
La intervención de los elementos del Agrupamiento Zorros, especializados en desactivación de explosivos, fue fundamental. Tras recibir la información sobre la amenaza, estos agentes se reunieron con los administradores del plantel para entender mejor la situación. La llamada telefónica que alertó sobre el supuesto artefacto explosivo activó todos los protocolos de seguridad establecidos.
Los equipos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) realizaron una búsqueda exhaustiva dentro de las instalaciones de la ENAH. A pesar de la tensión generada por la amenaza, no se logró encontrar ningún explosivo ni objeto que representara un riesgo para la comunidad escolar. Con esto, la emergencia fue desactivada.
Como resultado del incidente, las clases fueron suspendidas durante el resto del turno matutino, lo que fue comunicado oficialmente a través de las redes sociales de la ENAH. A pesar del susto, la institución aseguró a los alumnos y personal que las actividades académicas se reanudarían en el turno vespertino.