Su respiración se entrecortó, un sonido gutural que reflejaba el dolor que la invadía. Era una escena que nadie debería presenciar, una que resonó en las redes sociales, en la indignación de quienes la vieron. Una niña de apenas cuatro años, víctima del uso desmedido de la fuerza por parte de policías municipales en Morelia, Michoacán.
Un video, difundido en redes sociales, mostraba a la niña llorando, con la cara roja e inflamada. Su madre, desesperada, gritaba pidiendo ayuda mientras los oficiales, con una frialdad que se podía sentir a través de la pantalla, intentaban limpiarle el rostro con agua. Según fuentes policiales, la familia de la niña se había resistido a una revisión de rutina, y en respuesta a esta resistencia, los oficiales presuntamente utilizaron gas pimienta para controlar la situación.
Ante la gravedad de los hechos, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos de Michoacán (CEDH) abrió una investigación, registrada con el folio CEDH/15102/Q, en contra de los elementos de la policía municipal. La indagatoria se centra en la violación a la integridad física, la abuso de autoridad y el uso desmedido de la fuerza pública. Además, se investiga si la policía municipal garantizó la integridad de la menor.
La CEDH responsabilizó a la Comisión Municipal de Seguridad Ciudadana de Morelia, requiriendo un informe inmediato de lo sucedido. El organismo destacó que los policías deben estar capacitados para actuar de acuerdo a los protocolos nacionales e internacionales, especialmente en presencia de menores de edad.