La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, con su característica sencillez, abordó un tema complejo pero fundamental: la necesidad de un nuevo marco legal para reconocer los derechos de los pueblos originarios y afromexicanos. Más que un simple cambio de leyes, se trata de un cambio de paradigma.
La propuesta de reforma constitucional, una iniciativa que genera expectativas y debate, busca establecer un nuevo esquema de propiedad que reconozca la propiedad social comunal. Este concepto, lejos de ser una abstracción, tiene un claro ejemplo en el regreso de la tierra al pueblo Yaqui, una reivindicación histórica que representa la lucha por la justicia social.
La presidenta Sheinbaum, con su peculiar estilo, dejó claro que la intención no es expropiar propiedades privadas. Se busca, en cambio, un equilibrio entre la propiedad agraria social, la pública y la privada, con el objetivo de integrar la propiedad social comunal en este mosaico legal.
Para lograrlo, se necesita un conjunto de leyes secundarias que definan las características de esta nueva forma de propiedad, evitando solapamientos con las existentes. Se trata, en definitiva, de abrir un espacio para que los pueblos originarios y afromexicanos puedan ejercer sus derechos de manera plena, reconociendo su historia, cultura y legítimo derecho a la tierra.