Dos accidentes viales marcaron el inicio del día, dejando tras de sí un rastro de metal retorcido y la inquietante imagen de la imprudencia humana. El primero de ellos, registrado en la carretera Torreón-Matamoros, a la altura del desnivel que conduce hacia Mieleras, presentó un panorama desolador. Un vehículo Ford, cuyo conductor aún no ha sido identificado, terminó volcado a mitad de la vía, obstruyendo el paso a otros vehículos. Las primeras investigaciones apuntan a que el conductor perdió el control al intentar tomar el desnivel, impactando contra el muro de contención y volcando sobre su costado izquierdo.
Se presume que el conductor logró salir ileso del accidente y se retiró del lugar, abandonando el vehículo a su suerte. Las autoridades, al ser alertadas del incidente, cerraron la vialidad y solicitar la intervención de Peritos para trasladar el auto a un corralón.
Y como si la noche aún no estuviera satisfecha, otro accidente se registró en el bulevar Centenario, a las 3:30 de la madrugada. Un hombre identificado como Gerardo, quien conducía una camioneta Ford en estado de ebriedad, perdió el control del vehículo, impactando contra una palma que se encontraba en el camellón central. Al momento del accidente, se le detectó un nivel de alcohol en la sangre de 1.075 mg/L, evidenciando su irresponsabilidad al volante. Afortunadamente, Gerardo resultó ileso del incidente, pero quedó a disposición del Ministerio Público por conducir en estado inconveniente.
Estos accidentes, aunque desafortunados, sirven como un recordatorio de la importancia de la responsabilidad al volante. La combinación de velocidad, alcohol y falta de atención, se erige como un cóctel mortal que pone en riesgo la vida de quienes se encuentran en la carretera.