Un torbellino de coches, comerciantes ambulantes y el constante sonar de claxon compone la banda sonora del día a día. Y en medio de esta vorágine, los conductores del Metrobús de la Línea 4 enfrentan un reto monumental: mantener la calma mientras navegan por las arterias más congestionadas de la ciudad.
Javier Ortiz Huerta, con más de 30 años al volante, conoce de primera mano la realidad del corredor más complicado del Metrobús. La zona de Mixcalco, en particular, es un laberinto de obstáculos. "Los diableros y el comercio ambulante dificultan aún más el tráfico", explica Javier, reflejando la presión que siente al estar al frente de un autobús en medio de este caos.
Esta presión constante no pasa desapercibida. La Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM) ha detectado que los conductores de la Línea 4 son un grupo de alto riesgo. Nicolás Mejía Pedroza, director ejecutivo de la AMTM, destaca que los operadores sufren una presión considerable que va más allá de las revisiones médicas convencionales. La tensión puede afectar tanto su salud física como emocional.
Para combatir este problema, se ha implementado un programa piloto con tratamientos innovadores. Los conductores tendrán acceso a:
- Acupuntura: Para aliviar el estrés y mejorar la circulación.
- Masajes: Para relajar los músculos tensos y mejorar el bienestar físico.
- Ozonoterapia: Para combatir el estrés oxidativo y fortalecer el sistema inmunológico.
- Apoyo psicológico: Para manejar la presión y mejorar las habilidades de afrontamiento.
Además, se busca que las familias de los operadores también se involucren en el programa. Se les enseñarán técnicas de masaje y herbolaria para crear un ambiente de apoyo en el hogar.
Este programa integral busca mejorar la calidad de vida de los conductores del Metrobús, no solo en su trabajo, sino también en sus hogares. La iniciativa es pionera en el cuidado de la salud de los operadores de transporte público, un sector que a menudo se ve olvidado en la búsqueda de bienestar.