La tranquilidad de la colonia Iztaccíhuatl, al sur de la capital, quedó marcada por la incertidumbre y el miedo. En medio de la tensión, se desplegó un operativo de seguridad sin precedentes, con vehículos blindados tipo "Rino" que bloqueaban el acceso a la zona.
La víctima, una figura pública conocida por su lucha por los derechos de los comerciantes, fue trasladada de urgencia a un hospital tras recibir al menos tres impactos de bala, uno de ellos en el cuello. La gravedad de sus heridas y el misterio que rodeaba el ataque dejaron al país con la respiración contenida.
En medio del caos, las autoridades de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México iniciaron una investigación para dar con los responsables del ataque. La madre de la víctima, Alejandra Barrios Richard, una líder del ambulantaje, reveló que la familia había recibido amenazas previas, incluso de parte de familiares, quienes aseguraron que "nos iban a mandar a matar".
"De La Unión, más que nada de por ahí", señaló Alejandra Barrios Richard al describir la posible identidad de los agresores, vinculándolos con el crimen organizado.
"Envidias y rencores", añadió Alejandra, describiendo las posibles motivaciones detrás del ataque, incluso apuntando a la posibilidad de un pago por parte de alguien que buscaba hacer daño a su hija.
La noticia del ataque se propagó como la pólvora por las redes sociales, generando una ola de indignación y preocupación. En medio de la conmoción, el país se preguntaba por la causa del ataque y el destino de la líder de comerciantes.
El silencio y la incertidumbre se apoderaron de la colonia Iztaccíhuatl, mientras la lucha por la vida de Diana Sánchez Barrios se desarrollaba en el quirófano del hospital.